El restaurante trata de explicar esos detalles de una cocina muy arraigada en la costa Atlántica.

El Árabe, exitoso durante los ocho años que lleva en Barranquilla, abrió en la Zona G esta semana, para felicidad de los costeños que lo extrañaban y de los cachacos que tantas veces les pidieron a sus propietarios que abrieran sede en Bogotá.

Aunque en Bogotá la decoración es moderna, los sabores llegan intactos, pues la chef Samya Cure Mattar, de 24 años, los heredó de su madre, de su tía y de su abuela. 

El Árabe fue fruto de un sabor celosamente cuidado por generaciones de descendientes de libaneses. Los invitados a la mesa de la familia Cure motivaron la apertura del primer restaurante, que comenzó con la idea de poner a manteles la comida árabe, tan arraigada en la capital del Atlántico, y que antes se veía más en lugares de corte popular. 

Los sabores que llegan son los mismos, los kibbes en diferentes formas -frito, asado y el crudo, que se come con pan, cebolla, rábano y hierbabuena- y el tahine especial que, sobre la cremita de garbanzo, lleva un picado de lomo con almendra y berenjena que se recoge del plato con un trozo de pan árabe y así se lleva a la boca. La idea, cuenta la chef, es mantener la tradición de compartir en la mesa. "Aquí nadie pide un solo plato, se pide para compartir -explica Cure Mattar-. Pero si hay una pareja o alguien que viene solo, está la opción del plato mixto, con un poquito de cada cosa".

Los platos fuertes de El Árabe están marcados por la cocina al carbón. "En El Líbano gustan mucho las carnes al carbón -agrega la chef-. El bife de chorizo y el lomo encebollado son famosos. Pero también hay pollo asado con ajo".

Parte de la experiencia de El Árabe es explicar esos detalles de una cocina muy arraigada en la costa, que aún es exótica para el bogotano. Así, un grupo de comensales puede pedir un bife de chorizo al carbón, un arroz de lentejas con cebollitas fritas, o uno de almendras, y un  fatush . 

Narguile y café turco en las tardes 

El lugar abre desde las 12 m y se mantiene abierto durante las tardes, con el ánimo de invitar al público a degustar café turco con cardamomo y algún postre.

Las entradas oscilan entre los $ 12.000 y $ 22.000. El promedio de platos fuertes es de $ 33.000.

Se encuentra ubicado en la Zona G.